Volver a ser uno mismo… ¿o caer de nuevo? El riesgo de dejar la medicación psiquiátrica sin acompañamiento

Un caso que resuena: Matías Alé y la decisión de suspender su tratamiento

Hace pocos días, Matías Alé declaró en diversos medios que había dejado su medicación psiquiátrica por decisión propia. «Volví a ser yo», afirmó, y firmó incluso un documento legal para desligar de responsabilidad a su psiquiatra. El gesto fue valiente, personal y profundamente humano. Pero también riesgoso.

Como profesional de la salud mental que ha intervenido en medios, juicios, y acompañado clínicamente decenas de casos similares, puedo afirmar algo con claridad: suspender psicofármacos sin guía profesional puede tener consecuencias graves, incluso devastadoras.

Cuando sentirse bien puede ser una trampa

Una de las paradojas más comunes en psiquiatría es la siguiente: la persona empieza a sentirse mejor gracias al tratamiento… y, justamente por eso, cree que ya no lo necesita. Siente que «volvió a ser quien era», y decide interrumpir la medicación. Pero lo hace sin plan, sin monitoreo, sin protección.

  • Recaídas severas (depresión, manía, brotes psicóticos)
  • Insomnio, ansiedad, irritabilidad extrema
  • Pérdida de juicio o de conciencia del propio estado
  • Aparición de conductas impulsivas o autolesivas
El efecto social de los relatos públicos

Cuando una figura conocida dice en televisión que dejó la medicación «y se siente mejor que nunca», ese mensaje llega a miles de personas vulnerables que pueden interpretarlo como una invitación a hacer lo mismo.

¿Estaba en tratamiento por voluntad propia? ¿Había riesgo de internación? ¿Recibió psicoterapia complementaria? Nada de eso suele aclararse.

La narración mediática tiene poder. Y con poder, viene responsabilidad.

El «yo» que regresa: ¿qué identidad es esa?

«Volví a ser yo». Pero, ¿quién era ese «yo»? ¿El que negaba su enfermedad? ¿El que cayó en crisis? ¿El que vivió desequilibrado durante años?

Las enfermedades psiquiátricas alteran la percepción de la propia identidad. La sensación de «autenticidad» puede, en realidad, ser el regreso de la desregulación emocional. Por eso, muchas veces, lo que se vive como libertad es en verdad una recaída disfrazada.

Así se deja una medicación, si se deja

No está mal querer vivir sin psicofármacos. Pero hay formas seguras de hacerlo:

  • Evaluación profesional del estado actual
  • Plan de retiro gradual, supervisado
  • Terapia psicológica activa
  • Redes de contención familiar y social

Salir de la medicación no es escapar de la psiquiatría. Es trabajar con ella desde otro lugar.

Lo que hay que decir en voz alta
  • No glorificar el abandono abrupto de tratamientos
  • No presentar la medicación como un obstáculo a la identidad
  • Mostrar la complejidad del proceso de alta
  • Brindar información, no solo testimonio
Conclusión: salud es libertad, pero también límite

Queremos ser libres, plenos, verdaderos. Pero eso no se logra negando los procesos que nos sostienen. La salud mental es una conquista —no una iluminación repentina.

Y si vamos a volver a ser nosotros mismos, que sea desde la integración, no desde el riesgo sin red.

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