La psicología de los estafadores online: carisma, engaño y figuras famosas influencers.

La era digital ha traído consigo un aumento de estafas financieras en línea, especialmente en el ámbito de las inversiones y las criptomonedas. Estos fraudes, a menudo orquestados por influencers carismáticos, se aprovechan del deseo de riqueza rápida. Lo quiero todo, lo quiero ya nos cantaba Fred Mercury en la canción homónima (I want it all, and I want it now), y es el sistema psicológico imperante de quienes no pueden esperar, ni realizar lo necesario para obtener un fin. Ese terreno mental, es tierra fértil de estafadores de todo tipo, dispuestos a explotar esa estructura

infantil, de quien termina siendo víctima. En estos días estamos en nuestro país envueltos en un caso quizás único, histórico quizás en los anales de la criminología, en el cual estafadores han explotado la imagen que implica un presidente m

ediático, y  la capacidad de esa imagen para atraer víctimas. Veamos los rasgos de personalidad de estos delincuentes, sus tácticas y las implicaciones para las víctimas y la sociedad.

Rasgos de personalidad de los estafadores

Carismáticos y persuasivos
Los estafadores destacan en la creación de personajes identificables y confiables. Como influencers, usan habilidades de comunicación pulidas para vender sueños de libertad financiera. Su carisma desarma el escepticismo, haciendo que promesas de «retornos del 300% en pocos días» parezcan plausibles. Es interesante ver como esa promesa que desafía la razón, consiguen convencer a las víctimas que es posible. Aprovechan el atractivo visual de las redes sociales—autos de lujo, viajes exóticos—para validar su éxito y construir conexión emocional. En casi todos los casos eso son solo imágenes y la realidad es un esquema Ponzi.

 

Falta de empatía
Detrás de la fachada glamurosa hay una indiferencia total hacia las víctimas. Los estafadores ven a las personas como simples fuentes de ingresos, explotando vulnerabilidades como la inestabilidad económica. En nuestro país, donde la inflación y la devaluación monetaria afectan a los ciudadanos, las promesas de ganancias con criptomonedas se aprovechan de la desesperación. Esto es un proceso similar a las apuestas o ciertos préstamos, en los cuales la “carnada” se ve apetitosa y no se ve el anzuelo que atrapará a la víctima sin que se pueda soltar. La ruina emocional de las víctimas—pérdida de ahorros, traición—es irrelevante para estos estafadores.

Narcisistas y arrogantes
Muchos tienen rasgos de una estructura patológica de la personalidad, narcisismo, psicopatía, Border etc, Se creen intocables. Ignoran límites legales y éticos, presumiendo de su «sistema», «conocimiento o lugar de poder privilegiado». Esta arrogancia llega a manipular a quienes captan en el espejismo de su imagen.

 

 

 

 

 

Adaptables y expertos en tecnología

Para evadir la detección, los estafadores evolucionan constantemente. Explotan plataformas emergentes, usan deepfakes y manipulan algoritmos para dirigirse a audiencias. Perfiles falsos y contenido generado por IA son usados en la actualidad, capitalizando su influencia política para ganar credibilidad.

Paralelismos históricos: Ponzi, Madoff y otros
Aunque la participación del presidente de Argentina en la promoción financiera aún no alcanza la escala de Charles Ponzi o Bernie Madoff, los rasgos psicológicos son sorprendentemente similares:

  • Charles Ponzi (1882-1949): El creador del esquema Ponzi prometía ganancias exorbitantes con cupones postales. Su carisma convenció a miles, usando el dinero de inversionistas iniciales para pagar a los posteriores, imitando legitimidad.
  • Bernie Madoff (1938-2021): Su fraude, el mayor esquema Ponzi de la historia, costó $60 mil millones. Su presencia calmada y autoritaria hacía sentir seguridad a las víctimas.
  • Jordan Belfort («El lobo de Wall Street»): Sus esquemas de inflar y colapsar acciones reflejan las tácticas de influencers actuales que promueven criptomonedas sin valor para beneficio personal.

Tácticas psicológicas

  • Miedo a perderse algo (FOMO): Ofertas «por tiempo limitado», relojes en cuenta regresiva, oportunidades únicas etc., presionan decisiones rápidas, buscan la reacción y no el razonamiento.
  • Sobrecarga de jerga técnica: Abusan de términos supuestamente técnicos que confunden, creando una ilusión de experticia.
  • Prueba social: Testimonios falsos y comentarios de bots simulan confianza colectiva.

Impacto en las víctimas
Más allá de pérdidas económicas, las víctimas sufren vergüenza, ansiedad y erosión de la confianza en instituciones. En Argentina, donde la fe en el gobierno es frágil, estas estafas profundizan la desconfianza social.

Prevención y soluciones

  • Educación: Campañas públicas para desmitificar las criptomonedas y señalar alertas (ej.: «ganancias garantizadas»).
  • Regulación: Gobiernos y plataformas deben colaborar para eliminar contenido fraudulento y verificar respaldos de influencers.
  • Vigilancia: Los usuarios deben verificar fuentes, evitar ofertas no solicitadas y consultar asesores financieros.

Conclusión
Los estafadores en línea combinan carisma, crueldad y dominio tecnológico. La explotación de figuras como Milei subraya la necesidad de vigilancia global. Al entender sus tácticas y fomentar resiliencia, la sociedad puede limitar el alcance de estos depredadores.

 

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