Comparto con uds. la nota realizada para el diario @lanacion
Sin descanso: otro año que pasó para el Sísifo argentino
La piedra siempre termina cayendo
El mito de Sísifo, el rey de Corinto que en el inframundo termina por empujar una y otra vez una piedra solo para que vuelva a caer, ilustra tantas cosas que suceden en nuestro país que frecuentemente ha sido aplicado a nuestra sociedad.
Sísifo primero captura a Tanatos, con lo cual se detienen las muertes y por ende el curso de la humanidad, necesitada de ciclos de muerte y nacimiento. Posteriormente rehúsa su destino, humano -no era un dios inmortal- ir al «inframundo» con un engaño. Pero como siempre más tarde o temprano la realidad se impone, solo que, al haber sido no aceptada y negada, lo hace de la manera más cruenta. Sísifo deberá empujar por toda la eternidad, una enorme piedra en una colina, solo para que al llegar a la cima la piedra caiga y deba comenzar de nuevo. Camus imaginaba que en algún momento ese Sísifo se entregaba a su destino y era «feliz».
Empezando a hacer el balance de este año casi mítico, en que la cadena de eventos supera a la ficción y parece sobrenatural y la incertidumbre ha adquirido carta de ciudadanía, aparece una única certeza y es que la piedra volverá a caer. La estabilidad, el logro que permita pasar a una etapa posterior, nos es y nos la hemos negado. Queda el consuelo de conjeturar donde caerá la piedra, la parte del mito nunca considerada, negada, la caída. Aquella que a pesar de la negación indefectiblemente llegará, una y otra vez, y es tan solo la consecuencia infinita del primer intento de Sísifo de «engañar a los dioses», hoy diríamos intentar engañar, negar la realidad. Luego elaboraremos grandes y extensos debates que intentarán cubrir de un manto de racionalización, pero solo son una defensa para no ver la totalidad y la cadena de consecuencias inevitables que estos traen.