En los años 1999/2000, recuerdo al empezar a hablar en forma sostenida de los temas
referidos al trauma, empecé a abordar un tema y era la inseguridad. En esos momentos los temas eran los veteranos de Malvinas, y los de guerras lejanas en el tiempo y el espacio, pero claro reactualizadas en la vivencia de las víctimas directas o transgeneracionales. Hablar de víctimas de la violencia de la sensación de inseguridad, hablábamos de una victimización virtual, de la traumatización por disrupción, sonaba lejano.
Hoy ante el número creciente de víctimas reales, seamos menos elípticos, de muertos en democracia, con la consecuente repercusión en la sociedad, en sus familias, se impone abordar el tema de otra manera.
En este contexto la nota de Santiago Kovadloff me parece que marca un hito. No será el momento de ocuparse del presente, no por cuestiones partidarias, sino porque en nuestro devenir melancólico, nos ocupamos siempre de aquello que ya fue en desmedro de lo real, lo inmediato?
