Arslanian ya echó a casi 1.600 efectivos de la Bonaerense

Arslanian ya echó a casi 1.600 efectivos de la Bonaerense. Esta vez fueron 105, que se suman a los 1.492 dados de baja en purgas anteriores.

La nota que se revisa hoy 21-1-24 ya no está al buscarla pero quizás indicador de la situación se ve una enorme cantidad de purgas en la Policía Bonaerense en el periodo.

Actualicé (23-2-24) el link pero por las dudas vuelva a ser corrido de su dirección se adjunta la nota y el Link para descargarla

El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, León Arslanian, echó ayer a 105 policías involucrados en casos de corrupción, encubrimientos y apremios ilegales. Con esta nueva purga, el número de policías exonerados de la fuerza desde que Arslanian es ministro asciende a 1.597.El ministro decidió echar a los policías luego de que la Auditoría General de Asuntos Internos de la Bonaerense concluyera distintas investigaciones. Según informó ayer el Ministerio de Seguridad, esa sanción es la más severa de las contenidas en el régimen disciplinario policial: implica la separación definitiva de la Fuerza, la pérdida de todos los beneficios inherentes al cargo y la imposibilidad de volver a desempeñarse en cargos públicos .Uno de los policías que fue echado es el oficial Sergio Oscar Veliz, de la DDI de San Martín y que se encargaba de «fichar» detenidos. La investigación de Asuntos Internos estableció que Veliz había insertado sus huellas en los formularios oficiales, en lugar de las de dos personas detenidas por tráfico de drogas.Otros dos exonerados son el teniente primero Alejandro Javier Ferreira y al subteniente Luis Ramón Enríquez, de la Unidad Operativa Ejecución de Capturas. Ellos están acusados de haberle exigido en el mes de abril a una persona con antecedentes penales en La Matanza, 6.000 pesos y las armas que supuestamente habría utilizado para robar un camión, a cambio de no «armarle» otra causa penal.La exigencia de dinero por parte de los policías fue denunciada ante la Auditoría General de Asuntos Internos, quienes junto a una fiscalía de La Matanza asesoraron a la víctima para que «negociara» con los policías. Así, quedaron registradas varias comunicaciones comprometedoras entre ellos. Los dos policías están presos. Otro de los casos involucró al sargento Ramón Alberto Balbuena y al oficial Jonathan Gustavo Pérez, ambos de la comisaría 1ª de González Catán Primera. Ellos fueron separados de la Fuerza luego de que Asuntos Internos comprobara que simularon la detención de dos ladrones frente a un grupo de vecinos, pero nunca formalizaron las actuaciones y no informaron sobre el hecho ni el destino de los ladrones y de los objetos robados.La misma suerte corrieron el teniente primero Carlos Alberto Duré y el sargento Roberto Darío Romero, acusados de golpear a un detenido en el interior de la comisaría 6ª de San Martín en la víspera de la Navidad del año pasado. Los dos policías, además, están a la espera del juicio oral en San Martín por el delito de «apremios ilegales».El subteniente Héctor Nolasco Ponce, de la comisaría 1ª de Lomas de Zamora, es otro de los exonerados. Está acusado de haber estado en una casa del barrio Laprida en agosto de 2006, en donde se vendían drogas. Allí, había policías que estaban investigando de forma encubierta, y denunciaron a Nolasco Ponce, quien negó la acusación.Pero Asuntos Internos verificó a través del sistema de localización satelital de móviles policiales (AVL), que el patrullero conducido por el acusado se detuvo frente a esa casa justo ese día y en el horario que lo habían denunciado.

 

4 COMENTARIOS

  1. Los chicos de ahora no sufrieron, como Miguel Ángel Estrella, del autoritarismo y de la represión de los años 70. Las fuerzas armadas fueron juzgadas, desarmadas, perdonadas y vueltas a juzgar. Pero, cuánto tiempo más tenemos que hacer el duelo por haber sufrido, nuestra generación, del autoritarismo y la represión de los gobiernos de los ’70 y principios del 80? Hasta cuándo tenemos que tener esa realidad, nuestras débiles Fuerzas, desarmadas y bajo la “bota” judicial y vengativa? Decimos que no queremos venganza, sino justicia. Entonces, que la justicia se ocupe de nuestras denuncias. Pero estas organizaciones inactivas tienen un presupuesto. Para qué seguir vengándose de quien gasta nuestro dinero? Para qué nos pueden servir?

    Vuelvo al tema del duelo: este duelo nos impide ver hacia delante, qué digo hacia delante, nos impide ver los daños colaterales no deseados; las madres, abuelas e hijos de Plaza de Mayo están atendidas por la justicia. También tienen su presupuesto, su radio, etc. Pero quién atiende, no sólo a las madres del dolor, sino al resto de las madres, que no saben o no pueden darles a sus hijos una crianza digna, un alimento físico y moral adecuado para salir adelante en la vida, una movilidad social necesaria. Una joven generación marginada que nos exige atención a los tiros, llenos de odio y resentimiento porque nosotros también lo estamos, o deberíamos estarlo, porque es políticamente correcto estar resentido con los militares. Pero es más práctico (hoy y siempre) atar cabos. El duelo nos hace vivir entre algodones. Ahora nos reprimen los chicos, las generaciones futuras. Qué pasa, nos acostumbramos a sufrir? Tanta necesidad tenemos de mostrar, sin dignidad, nuestras heridas, que hasta preferimos que no cicatricen? No vemos los recursos que tenemos; cualquier innovación nos hace ver fantasmas del pasado, fantasmas que nos petrifican; somos como viudas del puerto de Ferrol, en Galicia, que cuentan cuentos de marineros ahogados a los niños, en las noches invernales de sus oscuras cocinas.

    No hay previsibilidad, y si no lo hay, el resultado es el caos. Tanta angustia nos da nuestro país? El caos en que estamos viviendo, temiendo el pasado, temiendo el presente, temiendo el futuro. Veamos: qué tenemos? Una generación joven que no hace falta describir. Cómo podríamos atar cabos? Un servicio social comunitario obligatorio de un año, para todos los jóvenes que no tengan un futuro encaminado de estudio ó trabajo. No es un servicio militar como el que sufrió el soldado Carrasco. Eso ya fue. El problema sicológico de nuestras actuales Debilidades Desarmadas es no haber tenido una actividad digna en toda su historia: primero, la eliminación de los indios, luego, la guerra al Paraguay, luego ocupar sucesivas presidencias, mas tarde, reprimir la ciudadanía y finalmente participar en una guerra perdida, postergando un causa justa como es la nacionalidad de las islas Malvinas.

    Qué tienen? Una infraestructura de bienes inmuebles, y la capacidad organizativa y operativa aplicable a actividades socialmente útiles. El saber mandar y obedecer, sin denigrar a nadie. Una orden a tiempo ( y su cumplimiento a tiempo) no es una afrenta ni una amenaza. Todo esto aplicado a una actividad programada en cuestiones de ayuda comunitaria, de saneamiento, para sectores marginados o postergados de la sociedad. La operatividad del mando y la obediencia útil, organizada, para esa ayuda civil, con los medios de transporte y de personal jerárquico conveniente, harían de ese año en la vida de jóvenes una actividad social y de conocimiento del país, de salir de su inmovilidad social. Por ejemplo, en Tartagal: la ayuda consistiría en repartir los alimentos, y luego, reponer los servicios básicos: cloacas, agua corriente y energía eléctrica. Tender puentes provisorios, prevenir robos y desórdenes. Abrir caminos, enseñar. Participarían especialistas de todas las actividades, médicos e ingenieros, sin ser necesariamente militares.

    Se podría, así, darle un sentido positivo a nuestro presupuesto y darle una oportunidad a la generación joven actual y a las generaciones futuras

  2. Mi padre dice de que los padres no pueden darle a sus hijos «una crianza digna, un alimento físico y moral adecuado para salir adelante en la vida, una movilidad social necesaria. Una joven generación marginada que nos exige atención a los tiros, llenos de odio y resentimiento porque nosotros también lo estamos, o deberíamos estarlo, porque es políticamente correcto estar resentido con los militares. Pero es más práctico (hoy y siempre) atar cabos.»

    Estaría bueno decir que el que dice esto, estuvo en los 70 en España trabajando y que después, con dinero y todo, abandonó a sus hijos. No sé cual fue su duelo….

    Todo lo demás me resulta interesante salvo cuand habla de «efectos colaterales no deseados» equivocadamente, como si el fuera un militar.

  3. Hola mi nombre es Jose y los espero en mi videoblog para que puedan ver y opinar un poco sobre la realidad de uno de los barrios mas afectados por la inseguridad de estos dias

  4. Los vecinos del barrio de Saavedra exigimos que la Policía Metropolitana garantice la tranquilidad y la seguridad en el Parque Saavedra y sus alrededores. A partir de las 21 horas es tierra de nadie; está lleno de chiquilines con todo tipo de drogas que agreden a la gente de todas formas. Las denuncias a la Comisaría 35 de la PFA no sirven para nada; es más, parece que los protegiera victimizándolos. Un grupo comandado por Fernando (¿?) y Gonzalo (¿Martinez?) se reúnen en C.Larralde y Conde y de ahí se van para el Parque y cometen todo tipo de desmanes, con total impunidad. ¿Dónde están y qué hacen los padres de estos “menores delincuentes”?. Se comenta que vivían en Larralde 3440, 1º piso F, donde se refugiaban. La Policía Federal se lava las manos y manda al frente a los vecinos, pero no hace nada con estos malvivientes que ni siquiera son del barrio o viven en el mismo Parque.

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